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INTERPRETACIÓN CLÍNICA DE LOS RESULTADOS SEROLÓGICOS

Dada la especificidad alcanzada por los procedimientos serológicos en pediatría y dada la infrecuente presentación de patología gástrica severa en niños, podría considerarse la instauración de un tratamiento específico ante un resultado serológico positivo en un paciente infantil.

Sin embargo, un resultado serológico negativo obtenido en un niño sintomático quizá no excluya la infección, siendo en este caso conveniente recurrir a otros procedimientos diagnósticos (UBT, endoscopia).

En nuestro medio, los resultados serológicos positivos obtenidos para sujetos adultos pueden no ser concluyentes, requiriendo una confirmación mediante otras técnicas.

Por el contrario, ante un resultado serológico negativo en un sujeto adulto, y teniendo en cuenta la alta seroprevalencia en nuestra población y la elevada sensibilidad de la serología en sujetos mayores, podría ser conveniente ampliar el diagnóstico diferencial e investigar la posibilidad de la existencia de una patología digestiva distinta. En estas situaciones puede ser adecuado un seguimiento más a fondo de la evolución de la infección y la realización de pruebas complementarias (endoscopia con histología y cultivo y detección serológica de anticuerpos específicos frente a factores de virulencia de Hp).

El Grupo Europeo de Estudio en Helicobacter recomienda el empleo a nivel primario de métodos serológicos (EIAs cuantitativos) en pacientes dispépticos de 45 o menos años aquejados de sintomatología leve o moderada. Sin embargo, no existe un consenso sobre la utilidad de la serología en atención especializada como método de filtrado prendoscópico.

En cualquier caso, frente a una duda diagnóstica firme o ante una mala respuesta al tratamiento, la realización de una gastroscopia no debe demorarse. Las determinaciones serológicas en ningún caso pueden aportar una información tan específica como la gastroscopia (existencia de lesiones macroscópicas asociadas o no con la infección), el examen histológico (tipo de alteración en la mucosa) o el cultivo (perfil de sensibilidad antibiótica y características fenotípicas y genotípicas de la cepa infectante).

La monitorización no invasiva de la respuesta a la terapia mediante procedimientos serológicos, si bien es cierto que requiere un seguimiento a medio-largo plazo, puede resultar de gran utilidad, principalmente por su comodidad y bajo precio. En aquellos casos en los que se parta de situaciones de seronegatividad (ausencia de anticuerpos o presencia a niveles próximos al límite de detección de la técnica) o en los que los títulos serológicos permanezcan elevados a lo largo de meses, se puede optar por la realización de un control postratamiento mediante UBT.